Cuando mi hermano me preguntó si tenía "la receta de Sang amb Ceba que la mamá hacía con higadillos", le dije que no... y no la tenía, pero me dije ¿y por qué no?...
Yo nunca la había hecho, pero sabía como la hacía mi madre, por la cantidad de veces que se lo pedíamos.
Miré en la Red y no, ella no utilizaba ni el orégano ni la hierba de olivas que llevan las que encontré.
Sabía qué hierbas aromáticas empleaba para la receta aunque no la cantidad. Para mi fue un reto conseguir el aroma, la textura, el sabor de la que cocinaba mi madre... no se si lo conseguí completamente, seguramente no, pero la expresión de mis hijos al probarla, me llenó de alegría.
Eran unos niños cuando mi madre la hacía en el "chalet de la montaña" donde pasábamos el verano y por unos instantes me sentí trasladada a su niñez: "¡huele igual que la que hacía la yaya!... ¡sabe lo mismo!... ¡¡¡buenísima!!!"
Es también uno de esos platos típicos valencianos que pasan de generación en generación, como el delicioso Pimentó, Tomata i Tonyina o como la Sépia amb Ceba, con los que solía regalarnos mi madre aquellas nostálgicas mañanas de verano.
- 50 gr. Piñones
- 300 gr. Higadillos de pollo
- 500 gr. Sangre cocida
- 1 kg. Cebollas
- 2 - 3 dientes de Ajo
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
- Canela
- Perejil fresco
Modo de hacerlo:
- En una sartén sofreír los piñones a fuego suave para que no se quemen.
- Añadir los higadillos cortados a trocitos pequeños y sofreír a medio fuego.
- Cuando los higadillos estén casi hechos, añadir la sangre cocida cortada también a trocitos pequeños, y seguir sofriendo.
- Salpimentar, remover y apartar del fuego.
- En una sartén más grande freír a fuego medio, la cebolla cortada a cuadritos y los ajos picados.
- Ir removiendo con una cuchara de palo, y si vemos que va muy fuerte bajamos el fuego. La cebolla no tiene que secarse, tiene que quedar melosa.
- A los 15-20 minutos añadir la sangre con los higadillos que habíamos reservado y seguir cocinando a fuego lento.
- Rectificar de Sal y pimienta e ir removiendo de vez en cuando.
- Sobre unos 15 minutos más, observamos si el guiso se ha hecho muy caldoso, se aumenta el fuego para que evapore el caldo, pero ¡ojo! que no se seque demasiado, tiene que quedar un guiso meloso, como muestra la primera foto.
- Se añade un poquito de canela, una punta de cuchara bastará, solo para darle un sentido aromático especial.
- Removemos un poco y cuando veamos que está en su punto lo espolvoreamos con perejil fresco picado.
Juan Migueeel ¡¡¡por tí!!! ;-) Al probarlo Juanma y Diego han exclamado que "les recordaba los almuerzos de la yaya cuando eran pequeños" :-)
ResponderEliminarEsta tengo que hacerla
ResponderEliminar¡Geniaaal! ya me dirás si te recuerda a la de la mamá :-)
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